Capitulo: 38 Aroma 4º Parte

Capitulo: 38 Aroma

4º Parte

Jay me metió a la ducha, estaba muy enojado, después de ducharme me envolvió en una toalla muy grande y se metió a la ducha, estaba sentada en la cama cuando llamaron a la puerta, Jay estaba en la ducha así que fui a abrir yo misma.

No había nadie, esto era demasiado raro, me estaba volviendo loca de verdad, me estaba imaginando cosas, esto no podía seguir así.

Jay: Amor que pasa? Que haces aquí? Porque estas llorando?

____: Jay, me estoy volviendo loca, yo estoy imaginando cosas!

Mi único amigo me abrazo.

Jay: Amor, explícate, no te entiendo.

____: Escuche que llamaron a la puerta y no hay nadie!

Jay: Amor… mira! Qué es eso?

Mire hacia donde señalaba Jay, en el piso había una caja pequeña. Jay la tomo y me abrazo una vez más.

Jay: Ya ves? No te estás imaginando nada, ven vamos, veamos qué es esto.

Entraron abrazados, esto estaba demasiado raro, ella había salido y no se había dado cuenta de nada, solo lloraba mientras se perdía una vez más en sus pensamientos, tal vez tenía razón y ese tipo la estaba drogando, pero lo que más rabia me dio fue la manera en la que ella se aferro a él, como si necesitara que él la abrazara y estaban envueltos en toallas, se acaban de bañar…juntos, por lo menos mi plan ya estaba en marcha.

Me limpio las lágrimas mientras nos sentábamos en la cama.

Jay: Amor quieres abrirlo tú?

____: No, hazlo tú por favor.

Jay empezó a abrir esa pequeña cajita, cuando apenas había levantado la tapa se lo quite de entre sus manos.

Jay: Que pasa?

____: Jay, es este, este es su perfume, te lo juro es su perfume!

Jay: Estas segura?

____: Si, te lo juro!

En aquella pequeña cajita había un pañuelo impregnado de su perfume, lo pegue a mi rostro mientras Jay me leía la nota que había venido con ella.

Jay: Señorita, me pareció que le gusto mí perfume así que le dejo un pequeño recordatorio de él, si siempre lleva este pañuelo tal vez podamos encontrarnos en alguna parte del hotel, si lo lleva comprenderé que así lo desea, me siento muy alagado por su interés en mi…Atentamente su admirador.

____: Como? Pero no encontré a  nadie cuando lo busque.

Jay: Lo sé, pero… reconoces su letra?

Me dio la nota, trate de ponerle la mayor concentración.

____: No, no es la letra de nadie que conozca.

Jay: Bueno, tal vez podamos conocerlo pronto.

____: Si eso creo, tal vez podremos verlo…

Perdí el interés en ver a esa persona, solo me importaba sentir este aroma y recordar a quien le pertenecía a alguien más importante.

Los niños no estaban aquí, vendrían a las vegas el mismo día del evento, eso me hubiera decepcionado de no ser por el pañuelo que sostenía ahora, su aroma inundaba mi mente y me permitía volar.

Jay se había quedado dormido y yo no quería romper la ilusión de este día con mis habituales pesadillas, así que Salí de la habitación no sé a dónde pero salí.

En el mismo piso en el que estaba había un pequeño recibidor, como el que hay en todos los hoteles, con mesitas de centro y todo, me senté en el, solo llevaba mi diario (en realidad no escribía mi vida, solo algunos de mis pensamiento) y el pañuelo, ahora no me separaría de él jamás.

Salió, ya era demasiado tarde para que estuviera despierta, ya estaba disfrazado porque estaba preparándome para mañana, así que salí, camine unos cuantos pasos hasta que estaba junto a ella, la luz de la luna la convertía en algo aun más hermoso, estaba escribiendo mientras que en la otra mano presionaba el pañuelo que le acaba de enviar.

Me senté a su lado y no se movió ni un centímetro, como si no se hubiera dado cuenta de nada, pasaban las horas y los minutos y a cada segundo deseaba tocarla, tomar su mano, acariciar su cabello, levantar su mentón con uno de mis dedos y rozar sus labios con los míos, entregarle mi corazón en cada caricia… mientras me obligaba a mantenerme quieto ella cerraba los ojos y los abría con dificultad, tenía sueño pero luchaba contra él, como si no deseara dormir.

Cerró los ojos y los mantuvo así por mucho tiempo, demasiado para no estar dormida, lo estaba… tal vez no sintiera nada…tal vez si la tocaba una sola vez, levante mi mano en su dirección, estaba a un centímetro de tocar sus labios, cuando sentí los pasos de alguien acercándose.

Tenía mucho sueño pero no quería dormir, aun no, los parpados me pesaban demasiado, quería mantenerme despierta pero no lo conseguiría por mucho tiempo, cerré los ojos y los mantuve así, que diferente sería mi vida de no haber aceptado trabajar aquí, si no hubiera sido luchadora ahora estaría en otra realidad, me sentía adormilada cuando sentí que alguien me sacudió los hombros.

Cris: Hey, hey, problemas te estás quedando dormida, despierta.

____: Ah?

Cris: Soy yo problemas, estas bien? Porque estás sola?

____: No sé?

Cris: Cuál es tu cuarto?

____: Ese

Señale mi cuarto, pero me sentía tan cansada, cerré los ojos una vez más.

Cris: Ok, tranquila problemas, yo te llevare.

Ya no podía decir nada, cris ya me tenía en sus brazos, me sentía como si fuera una bebe y también porque Cris me recordaba a Jay, era como un amigo incluso más que eso, era un hermano.

Cris tenía las manos ocupadas, quería decirle que me baje porque ya estaba despierta, pero cris toco la puerta con el pie haciendo un gran escándalo.

Jay abrió la puerta muy asustado, seguro que se acababa de dar cuenta que no estaba.

Jay: Que le paso?

____: Nada, solo se está quedando dormida, déjame pasar.

Al entrar me retorcí en los brazos de cris, me dejo sobre mis pies, camine hasta el cuarto, estaba por entrar en la otra habitación cuando cris me detuvo, tomándome por el brazo.

Cris: Sabes? Mi especialidad son las desapariciones, ya debo irme… pero lo hare a mi manera.

Empezó a tocar la pared como si buscara algo en ella, luego cuando se detuvo empujo su mano a través de ella, me sorprendí, metió todo el brazo en la pared seguido por el lado derecho de su cuerpo hasta que al final termino por atravesar toda la pared, ya no estaba, Jay parecía estar demasiado sorprendido, solo intercambiamos las miradas y nos pusimos a tocar la pared tratando de buscar el secreto, pero no lo encontramos, nos rendimos y fuimos a dormir.

Esperaba que ese hombre saliera, no me había gustado nada la forma en la que la miraba, demasiado amable, demasiado amor en sus ojos, quería ver si podía sacarle algo sin darle una pista de quien era, pero él jamás salió, quería dormir pero no pude, me molestaba saber que todos podían hablar con ella, preocuparse por su salud y sobre todo tocarla, anhelaba más que nada eso, tocarla.